jueves, 26 de noviembre de 2009

JACARANDÁ en un día lleno de recuerdos y decidiendo qué hacer con las cenizas



No vayas a mi tumba y llores
pues no estoy ahí.
Yo no duermo.
Soy un millar de vientos que soplan,
el brillo de un diamante en la nieve,
la luz del sol sobre el grano maduro,
la suave lluvia de verano.
En el silencio delicado del amanecer
soy un ave rápida en vuelo.
No vayas a mi tumba y llores,
no estoy ahí,
yo no morí

4 comentarios:

Mercedes dijo...

Un poema anónimo de un indio.

MALU dijo...

No tienes que decidir nada sobre las cenizas llevalas en tus viajes y cuando un lugar le guste lo sentirás,yo las llevé a China y por toda Europa,al crucero de la Antartida y finalmente en Tokio ocurrieron una serie de casualidades que me llevaron depositarlas en un bello templo Budista y muy cosmopólita,donde cuando miro la cajia de su pequeño altar me vienen imagenes del bello instante en que la posé entre las flores del jardin y el agua corría con reflejos de sol por la fuente con caño de Bambú ...

MALU dijo...

No tienes que decidir nada sobre las cenizas llevalas en tus viajes y cuando un lugar le guste lo sentirás,yo las llevé a China y por toda Europa,al crucero de la Antartida y finalmente en Tokio ocurrieron una serie de casualidades que me llevaron depositarlas en un bello templo Budista y muy cosmopólita,donde cuando miro la cajia de su pequeño altar me vienen imagenes del bello instante en que la posé entre las flores del jardin y el agua corría con reflejos de sol por la fuente con caño de Bambú ...

Mercedes dijo...

Si, de hecho pusiste imágenes en el blog.