
La que está marcada de rojo, era el 3º derecha, aunque en realidad era un cuarto piso, un eufemismo de aquellos tiempos permitia a los primeros llamarlos bajos, con lo cual al segundo no le quedaba más remedio que ser el primero, y así sucesivamente,¿que para qué servía esto?, pues me imagino que como no habia ascensor serviria para darse uno ánimos mientras subia, algo así como ¡venga chaval que sólo es un tercero!.
Enhorabuena por la foto a Marisa, que jugándose el físico y el químico dejo plasmada para la posteridad tan insigne monumento, el edificio Torresol, bonito cuento también... y sin embargo me ha traído mejores recuerdos la casa que está en primer plano, que sin ser tan alta ni tan lujosa me hizo inmensamente más feliz, la que desde su sencillez estremecio mis fibras más sensibles (que alguna queda) y una avalancha de recuerdos, la mayoría felices, de una época en la que fui niño y sólo niño, y disfruté como tal, (sin que nadie pretendiese otra cosa).
También me ha venido a la cabeza la leyenda urbana de que Pili, se paseaba por ese estrecho saliente del edificio y pasaba de habitación en habitación,(recorrido marcado en azul); hoy en día se llamarian atajos y se utilizarian para huir de los atestados pasillos lleno de hermanitos incordiando , pero en aquella época creo recordar que no fue muy apreciado el gesto.
De todas formas, Pili era nuestra heroina, pq habia que ver aquello desde arriba para saber que daba un susto de muerte, me imagino que tampoco lo cruzaría tantas veces, pero si las suficientes para que una vecina chismosa la viera y cortara de raíz el descubrimiento de nuevas rutas hacia el comedor.
Muchos besicos a todos los radicales y esta vez un recuerdo en especial para Pili.
Enrique